Cuando uno está de mal y de malas sientes que el universo conspira contra ti. La gente te desespera simplemente con aparecer en la puerta de tu oficina. El que ocupen tu lugar de estacionamiento puede hacerte estallar contra el primer cristiano que se te cruce por enfrente. AMLO se convierte en el centro de tus frustraciones y le mientas la madre porque ocupa aquello que alguna vez conocimos como Paseo de la Reforma así como los principales espacios en los medios (¡Ya no lo pelen!). Todo esto, son símbolos de que algo no está bien en el centro de ti mismo. La bronca es aceptarlo y hacer algo para remediarlo. Me urge mi retiro de yoga. Me voy el viernes. Ya les contare si alcance el nirvana.
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